domingo, 27 de noviembre de 2011

De entrecasa ( Cualquier momento es bueno para un poema)



Me pongo el traje de poeta. Una farsa.
porque el sudor que me recorre por la espalda
transpira  como loco acalorado.
Sin la luna, sin estrellas, sin excusas
se entrevera rencoroso entre las musas,
del  mirar con otros ojos el instante
la cuchara revolviendo  con sus notas.
Apenas un café, rebeldes átomos,
albores inundados. Un bocado
y  por fin la palabra que resbala.
Cae ilesa, nutre estigmas, se evapora
en los brazos ardientes de Pandora.

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